Lo sorprendieron dormido al volante de su coche, en mitad de la carretera entre Llanes y Ribadesella , con el cinturón abrochado, el motor arrancado y un fuerte olor a alcohol. Lo despertaron de sus sueños, de forma abrupta, los agentes de la Guardia Civil que se encontraron con semejante escena. Triplicó la tasa de alcohol permitida y en el juicio que se celebró luego en Oviedo mejoró incluso la historia: llevó a un amigo que declaró para intentar salir airoso y relató que él mismo lo había llevado en coche hasta el lugar en el que lo encontró la Benemérita y que lo había dejado allí «dormido», porque no estaba para conducir. Acabó denunciado por falso testimonio. Y el conductor condenado al pago de una multa de 2.430 euros y la retirada del carné de conducir durante dos años.

La roc

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