Al amanecer del 30 de septiembre, el Atlántico volvió a rugir con fuerza: , convirtiéndose en el cuarto de la temporada. Con vientos sostenidos de 75 millas por hora, la tormenta marca un nuevo capítulo en la época más activa del año para los ciclones tropicales, cuando el océano está más cálido y la atmósfera más propicia para el desarrollo de sistemas poderosos.
Pero que quede claro: Florida no recibirá un impacto directo, . El huracán se desplaza lentamente hacia el noreste, lejos de la península, aunque dejará tras de sí un escenario costero peligroso que no debe subestimarse.
A este complicado cuadro se suma el huracán Humberto, que también avanza en el Atlántico y, junto con Imelda, está generando marejadas combinadas, al estilo , aumentando corrientes de resa