Marienele Cabrera ha vivido los golpes más duros del conflicto armado en Colombia. Su vida es el reflejo de cómo la guerra puede atravesar generaciones enteras. La guerrilla asesinó a su padre, reclutó y posteriormente ejecutó a su único hermano, desplazó a su madre y la despojó de sus bienes. Años después, su esposo, un oficial del Ejército, también fue asesinado, dejándola sola con una hija de apenas seis meses de nacida.

Ese historial de dolor marcó a Cabrera, pero también la impulsó a resistir y a reinventarse. Decidió transformar la tragedia en fortaleza y canalizarla impartiendo justicia. Por eso se convirtió en juez en el conflictivo departamento del Caquetá, donde durante años se mantuvo al margen de la opinión pública, dedicada a su labor en estrados judiciales.

@marienelac

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