En un pequeño pueblo del norte de Italia, los habitantes aseguran que en noches tranquilas se escuchan campanas bajo el agua. Se trata del lago Resia, donde hace décadas un pueblo entero quedó sumergido tras la construcción de una represa. Solo la torre de la iglesia sobresale del agua.
La historia ha atraído a turistas y curiosos que llegan al lago en invierno, cuando el agua se congela y es posible caminar hasta la torre. Muchos afirman que, al acercarse, el sonido metálico de campanas invisibles parece retumbar bajo el hielo.
Aunque los ingenieros explican que se trata de ruidos naturales del agua y el hielo, la leyenda se ha convertido en parte de la identidad del lugar. Para los lugareños, las campanas no son fantasía, sino la voz de sus ancestros.
Hoy el lago Resia es un atractivo