Andros Lozano Actualizado Martes, 30 septiembre 2025 - 20:50

Si las aguas que separan los continentes europeo y africano son desde hace más de cuatro décadas un canal de tráfico de drogas casi infinito, el Estrecho de Gibraltar es también, desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, una zona de paso continuo para la flota de buques de guerra y submarinos de Vladímir Putin. El incesante trasiego de naves militares rusas por ese cruce de mares ha tenido su último episodio con el submarino ruso Novorossiysk como protagonista. Un canal de Telegram crítico con el Kremlin ha difundido que dicha embarcación, integrada en la Flota del Mar Negro, ha sufrido un accidente grave en aguas ya del Mediterráneo.

Según datos difundidos, pero que aún no han podido ser verificados de manera ind

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