La autovía A-22 entre Huesca y Siétamo ahorrará unos diez minutos de viaje entre las dos localidades. En esos 12,7 kilómetros caben, al menos, dos décadas de reivindicaciones y quejas vecinales por la mejora de las conexiones en el norte de la comunidad y una mayor seguridad en las vías. Vecinos y trabajadores celebran la apertura de la autovía, pero no esconden las quejas por el retraso de las obras y por "las necesarias mejoras" en otras carreteras de la comarca.
Pasear un miércoles entre semana por Siétamo es sinónimo de poca gente. Aparca en la plaza del pueblo Alma García. Es la enfermera de la zona, que se desplaza a diario de unos pueblos a otros desde su consulta en Huesca capital. "Utilizo el coche a diario, para moverme por estos pueblitos", cuenta mientras sale del automóvil,