En medio de tensiones crecientes entre Rusia y la OTAN , el concepto de "guerra híbrida" emergió como una herramienta estratégica clave para el Kremlin , permitiendo erosionar la cohesión aliada sin cruzar el umbral de un conflicto armado directo. Esta forma de confrontación, que fusiona operaciones militares convencionales con tácticas no convencionales como ciberataques, sabotajes, propaganda y manipulación de actores no estatales , representa un desafío paradigmático para la seguridad euroatlántica.
Según un análisis publicado en la Revue de l'OTAN en abril de 2024, la guerra híbrida rusa busca "borrar las líneas entre guerra y paz" mediante acciones que generan "duda en las mentes de las poblaciones objetivo" y socavan la confianza en las instituciones democráticas.