El estudio de televisión de Otro día perdido se vio alterado desde el primer momento por la llegada de Boy Olmi . Su perfil bohemio y espiritual ya era conocido, pero en esta ocasión, la sorpresa visual superó las expectativas.
Con un gorro de lana color violeta coronado por un pompón, una camisa de lino beige, una chalina tejida y zapatillas deportivas blancas y negras , Boy Olmi se robó todas las miradas en su aparición junto a Mario Pergolini .
No solo fue la elección de los colores neutros ni la textura artesanal de la chalina lo que capturó la atención. Tampoco la camisa amplia, abierta en los primeros botones, que dejaba asomar una remera blanca y, en el aire cálido del set, transmitía comodidad deliberada. Los pantalones, arremangados hasta los tobillos, hacían jueg