Irse de vacaciones o tener el último modelo de iPhone puede considerarse un lujo o un capricho. Pero, para muchas personas, son necesidades reales. Las vacaciones permiten desconectar y renovar energías. Tener el iPhone más moderno puede ayudar en el mundo tecnológico y, también, es un símbolo de estatus.

Si el dinero alcanza y sobra, estos hábitos, que pueden extenderse al televisor o, incluso, al cero kilómetro, no tienen nada de malo. El problema es cuando hay que endeudarse para alcanzar estos objetivos de consumo .

El economista español Fernando Sánchez advierte: “La sociedad está cegada por completo por los ideales del carpe diem, donde solo se piensa en disfrutar del presente y el futuro ya se verá” . Este enfoque, centrado únicamente en los placeres inmediatos, conduce a de

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