El mundo acaba de perder una de sus voces más luminosas: Jane Goodall, la primatóloga británica que revolucionó la ciencia al demostrar que los chimpancés piensan, sienten y fabrican herramientas, murió este 1 de octubre en California, a los 91 años, por causas naturales. Y su fallecimiento, confirmado por el Instituto Jane Goodall, cierra un capítulo de la historia de la ciencia y abre otro, el de su legado.
Una vida consagrada a la observación
Desde que en 1960 se internó en la selva de Gombe, en Tanzania, con apenas un cuaderno de notas y unos binoculares, Goodall desafió las normas de la investigación académica. Mientras otros científicos numeraban a los animales, ella les puso nombres: David Greybeard, Flo, Fifi. Lo hizo porque veía en ellos individuos, no objetos. Aquella intuición