La temporada actual de desfiles está marcada por los debuts. Todavía faltan por verse los de Glenn Martens en Margiela prêt-à-porter, Pierpaolo Piccioli en Balenciaga, Duran Lantink en Jean Paul Gaultier y Matthieu Blazy en Chanel. Pero, de momento, las presentaciones más polémicas han sido las de Jonathan Anderson en Dior y Dario Vitale en Versace. Dos estrenos que han dividido no tanto a la crítica especializada como al público digital.

Lo que para algunos era “artesanía en movimiento”, para otros “malísimo”. “El primer look asusta”, escribió alguien, mientras otro replicaba “sí, sí, sí, siempre”. Entre los lamentos se oía: “pobre Gianni”, “que alguien llame a Donatella ya”, y en el mismo hilo: “por fin, no más Medusa ni cuero, bienvenido a 2026”. Hubo quien juró que aquello “no era Dio

See Full Page