La desnudez no es nueva para el coreógrafo danés Palle Granhøj (Skallerup, 1959). Creció en un entorno donde estar desnudo era la forma normal de ir a la playa; representaba la libertad. Y ha sido parte de sus obras durante más de tres décadas.
Observa, sin embargo, un cambio de actitud entre los jóvenes a su alrededor. En las escuelas evitan cambiarse en público para las clases de educación física o bañarse juntos "por pudor". Lo paradójico es que recurren más a las redes sociales para exponer sus cuerpos.
"Así que tuve la idea de que ya era el momento de hacer una pieza con desnudo de principio a fin", explica en entrevista.
Una Eva y un Adán (2019), un dueto a cargo de la griega Sofia Penzo y el polaco Mikolaj Karczewski, colaboradores de largo tiempo del coreógrafo, toma como punto