Su entusiasmo por la gastronomía vasca nació por pura casualidad. La primera meta de Koji Fukaya había sido Francia : soñaba con entrar en alguna brigada de cocina gala, pero la falta de papeles le cerró todas las puertas. Vagaba entre intentos frustrados cuando el azar le llevó a cruzar la muga y llegar a un hostal donostiarra donde la dueña , conmovida por su insistencia, decidió ponerlo en contacto con alguien especial: Luis Irizar. El maestro vasco, pionero de la nueva cocina, no dudó en abrirle las puertas del restaurante Gurutze Berri, en Oiartzun , galardonado a finales de los setenta con una estrella Michelin . Aquella decisión cambiaría su vida.

Luis Irizar y Koji Fukaya, en Gurutze Berri en 1975. Cedida

A lo largo de la década que va de 1969 a 1979, cuando la coc

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