Cientos de activistas humanitarios han regresado a sus países con crudos relatos de violencia psicológica y física a manos de guardias israelíes.

La intercepción de la Flotilla Global Sumud, flota de 42 barcos que transportaba ayuda humanitaria para Gaza, por parte de fuerzas israelíes desató una ola de indignación internacional que escaló con la denuncia de tortura y trato degradante recibido por los 450 activistas detenidos. Los participantes, que fueron llevados a cárceles israelíes entre el miércoles y el viernes pasados, han comenzado a narrar las condiciones inhumanas que padecieron.

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El periodista italiano Saverio Tommasi describió la detención

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