La historia de María Esperanza Castro García, una mujer de 71 años originaria de Salamina, Caldas, ha impactado a la opinión pública tras relatar en el pódcast Vamos pa’ eso los años de cautiverio y sometimiento que vivió bajo el control de una secta liderada por una autodenominada guía espiritual. Durante once años, María Esperanza estuvo aislada, bajo constante vigilancia y sujeta a maltratos físicos y psicológicos, en un círculo cerrado donde la religión se convirtió en herramienta de dominación.

Desde su juventud, Castro García llevó una vida activa y disciplinada, marcada por el esfuerzo y la responsabilidad. Tras el desplazamiento de su familia al departamento de Caquetá debido a la violencia en Colombia, continuó sus estudios y se instaló en diferentes ciudades del país para trab

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