El sector forestal del Biobío, uno de los pilares productivos más importantes de la región, enfrenta un complejo panorama económico pese a la notoria disminución del robo de madera en la zona. Aunque la aplicación de la Ley de Robo de Madera y una mayor coordinación entre instituciones públicas han logrado prácticamente erradicar este delito, la industria regional se mantiene en crisis por el cierre sostenido de aserraderos y la falta de abastecimiento de materia prima.

De acuerdo con datos del Instituto Forestal (Infor), en los últimos cinco años cerca de 200 aserraderos han bajado la cortina a nivel nacional, cifra que equivale a más de un 25% del total existente. La región del Biobío, donde se concentra gran parte de las plantas y pymes forestales del país, es la más afectada. Solo e

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