La inquietud fiscal vuelve a Francia. El primer ministro francés, Sébastien Lecornu , ha dimitido de su cargo este lunes y se ha convertido en el primer ministro más efímero de la República Francesa, tras ocuparlo por algo menos de un mes. Lecornu —el séptimo primer ministro que ha caído durante el mandato de Emmanuel Macron — se ha retirado apenas un día después de que Francia formará un nuevo gabinete tras la caída del administración previa en septiembre, reanudando así las preocupaciones fiscales en el país francófono. 

Los mercados financieros han vuelto a revivir un déjà vu del nerviosismo político que tomó Francia por sorpresa hace unas semanas, cuando el gobierno de François Bayrou se colapsó tras un voto de confianza fallido. En este sentido, la Bolsa de París retrocede en torno al 2% tras conocerse la noticia, la mayor caída en mas de un mes. La resignación del político también ha trastocado a los bonos franceses: el rendimiento del bono a 10 años francés se ha disparado hasta el 3,6% en las primeras horas de la jornada. Esto coloca el nivel de riesgo de la deuda francesa sobre el bono alemán —un termómetro clave para medir el riesgo fiscal— en más de 89 puntos básicos , la cota más alta desde 2024.  

Entre las compañías que han sido más castigadas por el caos político en el parqué parisino, destacan componentes del sector bancario francés: Société Générale retrocede en torno al 5,2%, BNP Paribas (-4,4%) y Crédit Agricole (-4,3%). Otros sectores más vulnerables y expuestos a la volatilidad política son las aseguradoras, el sector de Defensa y de lujo. Entre ellos, el gigante de Defensa, Thales cae en torno al 4,2% al igual que Dassault Systems (2,3%). Los únicos valores que se han salvado de las ventas generalizadas este lunes son los títulos del fabricante automovilístico, Stellantis y la petrolera, TotalEnergies .

El rating crediticio del país ha sido acechado por el malestar fiscal: Fitch rebajó la calidad de la deuda hasta el AA- ( negativo )  del A+ ( estable ) previo hace unas semanas, citando la inestabilidad política. Por otro lado, la agencia Scope Ratings reiteró su calificación de AA- hace unas semanas, aunque agregó una perspectiva negativa. Paolo Zanghieri , economista sénior para Generali Asset Management , reitera que mantiene la prudencia ante las turbulencias actuales. «Mantenemos una postura cautelosa respecto a la deuda europea, en especial los OAT franceses, que requieren estabilidad política interna antes de resultar nuevamente atractivos». 

Por otro lado, las quiebras empresariales en Francia han alcanzado un máximo histórico desde que hay registros, con más de 68.000 insolvencias registradas al cierre de agosto, según los datos del Banco de Francia.