Madrid, la ciudad que jamás termina de dormirse, fue el escenario en el que Griselda Siciliani y Luciano Castro encontraron su refugio reciente. Los días de la pareja en la capital española transcurren bajo el pulso de las luces urbanas, la emoción del reencuentro con el teatro y la promesa de un viaje compartido, entre amor y trabajo, entre tablas y veredas anchas.

La postal más genuina llegó a través de la cuenta de la actriz. En la imagen, ambos aparecen abrazados, sonrientes y relajados. Ella, envuelta en una campera de cuero negro y con el flequillo ordenado, mira viva y cómplice a la cámara. Él, de camisa blanca, deja caer un beso decidido sobre su mejilla. Las calles de Madrid se extienden de fondo: semáforos encendidos, farolas que irradian en la noche, y el tráfico que

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