El régimen sandinista ha incrementado la detención secreta de disidentes, dejando a familias sin información ni recursos legales, mientras organizaciones internacionales denuncian violaciones graves a los derechos humanos.

L a represión política en Nicaragua ha adoptado una nueva y alarmante modalidad: las desapariciones forzadas de opositores y disidentes. Esta táctica deja a las familias en la incertidumbre y vulnera el derecho internacional. En los últimos dos años, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha intensificado la detención de ciudadanos sin informar a sus allegados ni reconocer oficialmente su arresto. Al menos dos de los desaparecidos han sido devueltos a sus familias sin vida, lo que ha incrementado el temor y la angustia entre quienes buscan a sus seres que

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