Me sorprende el rítmico sonar de tambores. Me cobija la sombra de la Giralda. El cortejo avanza al frente uniformados con banderines con el escudo que representan a una cofra día. Saxofones, trompetas y flautas avanzan solemnes.

Aparece, como moviéndose en olas discretas, la virgen de la Anunciación, sentada en el trono. Un ángel hincado le dirá que será la madre de Dios. Apenas se percibe el paso de los hombres que la llevan a cuestas. La virgen lleva una corona y una rica capa roja con ribetes dorados. Otro cortejo de aproxima por la calle contigua. Ahora es la virgen de Guadalupe. Extremeña. Es una réplica de la de Extremadura. Su semblante es negro y el niño también. Todos los turistas quieren llevarse la imagen en sus celulares. La procesión avanza al ritmo de los que cargan la image

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