GINEBRA (AP) — El jefe de la agencia de refugiados de la ONU sugirió el lunes que, con Donald Trump, Estados Unidos ha llevado a cabo prácticas de deportación que violan el derecho internacional, y criticó una más amplia “reacción” en algunos países contra los migrantes y refugiados.

Filippo Grandi, el alto comisionado de la ONU para los refugiados, utilizó un discurso para lamentar que los drásticos recortes de fondos han obligado a su agencia, ACNUR, a reducir casi 5.000 empleos este año, o casi una cuarta parte de su fuerza laboral. Los recortes pueden no haber terminado, dijo.

“Este ciertamente no fue un año fácil para ninguno de nosotros”, afirmó Grandi en la apertura del comité ejecutivo de la ACNUR. “Pero recuerden, por favor: Nunca ha habido un año fácil para ser un refugiado, y nunca lo habrá”.

También mencionó algunos puntos positivos y elogió los esfuerzos de paz liderados por la administración Trump en la República Democrática del Congo, donde el conflicto ha desplazado a millones de personas.

En la Asamblea General de la ONU el mes pasado, la administración Trump —que ha reducido el apoyo este año para la ayuda humanitaria internacional— propuso a otros países su visión de que se ha abusado del sistema mundial de solicitud de asilo y necesita ser reformado, en parte reprimiendo la migración.

Otros donantes tradicionales también han reducido la ayuda para la ACNUR este año.

En los últimos años, la agencia ha recibido aproximadamente 5.000 millones de dólares al año, o la mitad de sus requisitos presupuestarios, incluso cuando los conflictos y la represión en lugares como Afganistán, Myanmar, Sudán, Venezuela y Ucrania han llevado a que el número de personas que huyen de sus hogares se duplique aproximadamente en la última década, alcanzando los 122 millones.

En el ambiente políticamente cargado de hoy, Grandi dijo que “poner la Convención de Refugiados de la ONU y el principio de asilo sobre la mesa sería un error catastrófico”. Insistió en que “la soberanía nacional y el derecho a buscar asilo no son incompatibles. Son complementarios”.

Grandi, cuyo mandato termina a finales de este año, lamentó una erosión del respeto por el derecho internacional en ciertos países desarrollados y señaló que la mayoría de los refugiados son acogidos por países más pobres.

“Me preocupa que el debate actual –en Europa, por ejemplo– y algunas prácticas actuales de deportación –como en Estados Unidos– aborden desafíos reales de maneras no consistentes con el derecho internacional”, expresó.

La administración Trump ha dicho que tiene la obligación de remover a “lo peor de lo peor”.

Grandi también citó algunos desarrollos optimistas: Más de 1 millón de refugiados de Siria han regresado a casa. Ha surgido un “rayo de esperanza” en el conflicto del este del Congo entre las fuerzas respaldadas por Ruanda y las fuerzas armadas congoleñas.

“Gracias a los esfuerzos de paz encabezados por Estados Unidos, en lugar de hablar solo de más derramamiento de sangre, o más refugiados, podemos empezar a pensar –con cautela, pero un poco más optimistamente– en la estabilidad y los retornos”, manifestó.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.