La calidad del sueño no solo depende de los hábitos diarios, sino también de la alimentación. Diversos estudios científicos han identificado frutas que, consumidas en su forma natural, pueden facilitar un descanso más profundo y reparador.
Una investigación publicada en la revista Nutrients evaluó el impacto del kiwi en atletas de élite. Los participantes consumieron dos kiwis verdes una hora antes de acostarse durante cuatro semanas y experimentaron un aumento en la duración total del sueño, una disminución en los despertares nocturnos y una reducción del tiempo despiertos tras dormirse. Además, reportaron menor fatiga y estrés, lo que mejoró su recuperación física. Los especialistas atribuyen estos beneficios a la melatonina, serotonina, antioxidantes y folato presentes en el kiwi, que