La escena de Sáenz con Saravia, guitarra en mano frente a la Rosada, no tardó en viralizarse. Algunos medios porteños se lo tomaron con humor. Pero detrás de la postal pintoresca hay un trasfondo político profundo: el norte argentino volvió a poner en evidencia la desigualdad estructural en la distribución de la inversión pública.
En diálogo con los periodistas presentes, del gobernador Gustavo Sáenz aclaró que no buscaba confrontar con Milei ni con el kirchnerismo. “No quiero que me reciba nadie ni me voy a encadenar. Soy un hombre de diálogo y de puentes. Tengo autoridad moral para reclamar porque ayudé a que haya equilibrio fiscal, pero no me gusta que me mientan. No me mienten a mí, le mienten a los salteños” aseverando que la serie de desentendimientos con el Gobierno Nacional es s