En el super, la cajera dice que el total de la cuenta suma $37.450 pesos. La mujer, docente (su guardapolvo colgado de un brazo, y una mochila con dibujos hechos con temperas de colores la delatan), contó su dinero, y, al ver que no llegaba, con cierto decoro y timidez en su voz, respondió: “¡Ay! ¡Qué vergüenza ! ¿Podría sacar la yerba y el pote de crema por favor?”

“Mi querida Fabiola convocó a una reunión con sus amigos y un brindis que no debió haberse hecho y que lamento que haya ocurrido , claramente lo lamento”, se excusó el entonces presidente Alberto Fernández. No menciono la palabra vergüenza.

El hombre entró al café, con la mirada fija en el suelo, se dirigió directamente a la caja, donde estaba el encargado. Con la voz entrecortada, dijo: “Perdón que te moleste, estoy busc

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