“Voy a decir algo súper básico, pero lo primero es estar”, dice de manera enfática la psicooncóloga Daniela Rojas. Y es que –aclara– vivimos en la sociedad del ‘no molestar’: no llamamos para no molestar, no vamos a ver a las personas para no molestarlas, no las invitamos a ciertas actividades para no molestarlas, etc. Y eso puede llevar a las mujeres a vivir esta enfermedad muy solas.
Según la especialista, estamos acostumbrados a que el sufrimiento y la enfermedad sean parte de la esfera privada de las personas; este recelo por cuidar la intimidad y la privacidad puede ser un arma de doble filo porque termina aislando a las personas.
“En el caso de las pacientes se les exige que sean ellas las que busquen ayuda y está bien, ellas tienen que aprender a buscar ayuda, a decir cuando neces