Octubre, hace 50 años. El tiempo vuela acompañado de emocionantes recuerdos cargados de grandeza deportiva con la celebración de los Juegos Panamericanos de 1975, organizados en México aún dentro de la inercia y la estela de los Juegos Olímpicos de 1968 y con el sello de hacer las cosas al vapor y con eficiencia, al recibir la sede, por la declinación de Santiago de Chile —la muerte de Salvador Allende en el asalto al Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973— y de Sao Paulo —por un brote de meningitis en octubre, un año después— en diciembre de 1974.
Meses de actividad de colmena y entusiástica energía por recibir a los mejores atletas continentales en una época como siempre de claro dominio de Estados Unidos con el despegue mundial de Cuba anunciado en la última década en los Cen