Nunca hubo tan graves daños en una marcha conmemorativa del 2 de octubre. Este año, apareció en medio de la manifestación un grupo de 350 enmascarados que hicieron destrozos a lo largo del recorrido, asaltaron joyerías, robaron y destruyeron tiendas, además de agredir con ferocidad a la policía. Hubo 90 agentes lesionados, pérdidas por, al menos, 50 millones de pesos. etc. Pero, los que más llama la atención es que en la trifulca no hubo un solo detenido.
El gobierno federal y el gobierno de la ciudad de México son víctimas del síndrome de 68 (Luis Gonzáles dixit): no se atreven a reprimir a los movimientos de masas para no cargar con la acusación de que son “represores”. La policía se coloca frente a los manifestantes para “contenerlos” no para “reprimirlos”. Tras los hechos un policía c