Las plantas, como organismos sésiles, están expuestas a múltiples factores ambientales incluidos los de tipo biótico (organismos patógenos y hervíboros) y abióticos (temperatura, radiación UV, sequía, salinidad de suelo, etc.) que pueden afectar su supervivencia y crecimiento. Para hacer frente a estos desafíos, las plantas han desarrollado una serie de mecanismos de defensa que involucran la producción de compuestos químicos especializados producidos en respuesta a estímulos específicos y que están involucrados en una variedad de procesos biológicos, incluyendo la defensa contra fitopatógenos e insectos por las propiedades antimicrobianas y deterrentes que poseen algunos de estos compuestos, así como su papel en procesos de comunicación e interacción con el entorno.
Estos metabolitos esp