Después de la tempestad viene la calma, luego de las turbulencias que sacudieron el estado Delta Amacuro, en cuyo epicentro estuvo casi siempre el recinto penal, .
En medio de un serio conflicto de poderes, con el Ejecutivo en feroz batalla con el Judicial, Rodríguez quedó atravesada entre ambas fuerzas, con el empuje de una avanzando y la otra -ya fuera- resistiendo, con los activos que le quedaban dentro, en un ajedrez brutal.
Cinco años después de haber surfeado las olas encrespadas, llegando a buen puerto, Rodríguez puede afirmar sin lugar a duda, que la mar está serena y reina la paz laboral.
Van cinco años y parece que fue ayer.
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