Antes de ser secuestrado y hallado sin vida descuartizado en el municipio de Acatzingo, Puebla, el empresario Julio Torres dijo a su concubina que saldría de casa con la intención de vender una camioneta.

Aquel 23 de septiembre, día en que fue privado de la libertad, fue la última ocasión en que sus familiares tuvieron noticias sobre él antes de tener que acudir a reconocer su cráneo que fue abandonado lejos de su natal Tecamachalco.

Así lo ha revelado Bonifacio Sergio Olivares Aguilar, Fiscal Especializado en Investigación de Secuestro y Extorsión que este martes ofreció una conferencia de prensa con los más recientes detalles de esta investigación.

Si bien Julio era más conocido por su facete de empresario en el ramo de la fabricación de cartón , otro de sus oficios era pr

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