Morelia, Michoacán.– Desde San Juan Chamula, Chiapas, Claudia Sántiz llegó a desafiar los paradigmas de género y origen que marcaron su infancia. Predestinada a casarse a los 13 años y cuidar de su familia, su don de la rebeldía la llevó a crear un camino propio: la gastronomía.
Durante la presentación de su libro Kokono: De una mujer rebelde en el Café Librería Michelena en Morelia, Claudia recordó que “cuando tenía ocho años me aventaron a cocinar para mantener a la familia. Mi primera receta fue un caldo de repollo: si no les gustaba, que le pusieran queso crema, pero lo tenían que comer. A los 17 años, la cocina se convirtió en mi compañera de vida”.
Su infancia estuvo marcada por la cocina de su abuela paterna, rodeada de mujeres volteando tortillas y moviendo frijoles en el fogón