Durante la década de los 60, en plena fiebre por las esmeraldas, un hallazgo en Gachalá, Cundinamarca, sacudió al mundo de la joyería. En medio de las montañas verdes y los socavones donde los guaqueros buscaban fortuna, una mujer encontró lo impensable: una piedra de un verde intenso, puro, de proporciones casi míticas. Su descubrimiento fue una total sorpresa. Pesaba 858 quilates y pronto se haría famosa con el nombre de la Esmeralda de Gachalá .

La historia de ‘La Emilia’, la joya que deslumbró al mundo

Esta impresionante piedra, dotada con las características únicas de las esmeraldas colombianas —color vivo, transparencia y una pureza excepcional—, fue bautizada como ‘La Emilia’ , en honor a la guaquera que la descubrió. Su tamaño era descomunal: más de tres libras de peso. Pero

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