Con un calendario de partidos cada vez más saturado, es de esperar que los clubes de fútbol también sean más reticentes a la hora de permitirles ciertas licencias a sus jugadores. Cada detalle se cuida para mejorar el descanso de los futbolistas, que pueden rondar los 60 o 70 partidos anuales, juntando compromisos de club y selección.
Precisamente esa dicotomía, la de las convocatorias internacionales de jugadores que ya arrastran molestias con sus clubes, ha estallado en este parón de selecciones a raíz del caso de Lamine Yamal. Pero no es el único. Mbappé en Francia o Jude Bellingham en Inglaterra son nuevas muestras. Muestras de un campo de batalla que agranda mes a mes la grieta entre clubes y federaciones nacionales de fútbol.
Más información
Mbappé, entre algodones con Francia: se