NUEVA YORK — La multitud lució flores de maga y pavas, sombreros de paja tradicionales de los jíbaros, agricultores puertorriqueños. Bebieron cerveza Medalla y bailaron salsa.
Durante una residencia de 31 fechas en el Coliseo de Puerto Rico en San Juan, Bad Bunny obró un milagro, inspirando patriotismo en los corazones de un orgulloso pueblo boricua y en quienes viajaban a Puerto Rico por primera vez. Actuó en dos escenarios: uno que exhibía la belleza natural de la isla con sus flamboyánes y plátanos, y otro, una casita, para la fiesta de marquesina.
Si el mundo es un escenario, mejor que sea nuestro hogar.
En febrero, se espera que el artista, cuyo verdadero nombre es Benito Antonio Martínez Ocasio, traiga el mismo espíritu al Super Bowl de 2026. Y lo hará en español, un momento histó