Este martes 7 de octubre de 2025, la comunidad científica sigue analizando los efectos de una tormenta solar sin precedentes que sacudió al planeta en mayo de 2024. El evento, considerado el más intenso en los últimos 20 años, obligó a la NASA a modificar sus operaciones espaciales y encendió las alarmas sobre nuestra vulnerabilidad tecnológica frente al comportamiento del Sol.
Un estallido que cruzó fronteras
La tormenta geomagnética fue provocada por una serie de explosiones solares y eyecciones de masa coronal (EMC) que viajaron a más de 4,8 millones de kilómetros por hora. Su impacto fue tal que satélites como el ICESat-2 entraron en “modo seguro” para evitar daños. Además, auroras boreales se hicieron visibles en regiones tan inusuales como el sur de Estados Unidos y el norte de Ind