Perdió la visión a los nueve años. Lo recuerda no como un quiebre, sino como una nueva forma de mirar la vida. En su casa, en Tarma, el fútbol era una constante: partidos en la calle, pelotas desgastadas y su hermano gemelo como socio inseparable. “Mi hermano fue un apoyo bastante grande para adaptarme de nuevo a la vida”, cuenta. Cuando llegó a Lima, se topó con la existencia de un deporte que no imaginaba: el fútbol para ciegos. Desde entonces, el balón volvió a ser brújula, refugio y destino.

Newsletter exclusivo para suscriptores

Gisella Salmón selecciona notas exclusivas con un enfoque especializado, cada lunes. Recíbelo

En 2018, su talento lo llevó a la preselección nacional. Era el inicio de una carrera que lo convertiría en uno de los jugadores más destacados del país. Con el

See Full Page