El 8 de octubre de 2000, Michael Schumacher alcanzó un logro que redefinió la historia de la Fórmula 1 y de Ferrari : tras una temporada de máxima exigencia y rivalidad, el piloto alemán se consagró campeón mundial con la escudería italiana, poniendo fin a una sequía de 21 años sin títulos de pilotos para la Scuderia de Maranello . Este triunfo, logrado en el Gran Premio de Japón en el Autódromo de Suzuka , no solo consolidó al Kaiser como tricampeón, sino que también inauguró una era de dominio inédito para el mítico equipo italiano.
El camino hacia ese éxito comenzó mucho antes y una persona clave en esta historia fue Niki Lauda , que en ese momento era asesor deportivo de Ferrari. El austriaco, ganó dos de sus tres títulos de F1 con Ferrari (1975 y 1977) y les dijo