En la mañana del sábado 1 de diciembre de 2012, cientos de vándalos enmascarados se apostaron en varios sitios del Centro Histórico de la ciudad de México y en los alrededores de la Cámara de Diputados en San Lázaro —donde Enrique Peña Nieto rendiría protesta como presidente de la República—, “indignados” por lo que llamaron “imposición” del nuevo mandatario federal.

No hubo muertos, aunque sí heridos, y el saldo de las violentas acciones se redujo a daños al mobiliario urbano, destrucción de negocios privados y saqueo de mercancías.

El ataque masivo de los anónimos indignados —“anarco-punks”— duró más de dos horas, mientras dos agrupaciones: La Policía Federal en San Lázaro y la policía de la ciudad de México en la Avenida Juárez y en Paseo de la Reforma, se limitaron a “resistir” sin h

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