En 1984, el médico australiano Barry Marshall se convirtió en protagonista de una de las historias más singulares de la medicina contemporánea. Nacido en Kalgoorlie en 1951, este australiano decidió someterse a un autoexperimento para demostrar su teoría sobre el origen de las úlceras gástricas.
El hecho tuvo lugar en el Hospital Royal Perth , en el oeste de Australia, durante un momento en el que la comunidad científica sostenía que esta dolencia resultaba del estrés o de hábitos alimenticios inadecuados. Sin embargo, Marshall sostuvo junto al patólogo Robin Warren que una bacteria específica, Helicobacter pylori , era la verdadera responsable.
Sus propuestas no recibieron apoyo inmediato. Pero fue el inicio de un episodio marcó un hito en la historia médica. Ya que, años