“Ahora las desgracias de los hombres de bien son una dicha para los malvados: se alegran con leyes monstruosas; el pudor ha desaparecido, mientras que la impudicia y la insolencia, tras vencer a la justicia, dominan toda la tierra. Se extinguió la estirpe de los hombres piadosos y ya no reconocen los preceptos ni la piedad”, escribió el poeta Teognis de Mégara entre los siglos V y VI aC como si se tratara de una especie de oráculo que se cumple una y otra vez. Como en estos momentos. La guerra en Gaza, una política internacional cada vez más desconcertante o la alarmante involución social siguen ejemplificando sus palabras más de 2.500 años después.
“La Esperanza es la única diosa clemente que habita entre los hombres, las demás se marcharon al Olimpo abandonándolos”, apuntó el sabio grie