Anteriormente, era común que el ser humano se maravillara, asombrara o mostrara extrañeza ante las sorpresas que se le planteaban en el día a día; hoy, por el contrario, parece que, con la estatura científica e intelectual alcanzada, todo le parece normal y cotidiano.

“¿Cómo educar en un mundo frenético e hiperexigente?”, se pregunta Catherine L’Ecuyer en su libro: “Educar en el asombro”. Tiene razón en preocuparse la canadiense afincada en España, quien es Doctora en Educación, porque nuestro ser y acontecer se transforma continua e incesantemente con los adelantos tecnológicos, planteando retos cada vez más exigentes a la educación.

Anteriormente, era común que el ser humano se maravillara, asombrara o mostrara extrañeza ante las sorpresas que se le planteaban en el día a día; hoy, por

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