El desarrollo de Vaca Muerta atraviesa una etapa decisiva. La formación neuquina sostiene cifras históricas de producción y concentra el interés de inversores de todo el mundo, pero el panorama económico obliga a pensar con prudencia en lo que vendrá. El 2026 aparece como un año bisagra, ya que será el momento en que varios proyectos de infraestructura estarán listos.

Durante agosto, la producción de petróleo del país alcanzó los 821.851 barriles diarios, el nivel más alto en un cuarto de siglo. De ese total, Vaca Muerta aportó el 64%, confirmando su papel central en la matriz energética nacional. Sin embargo, el contexto macroeconómico plantea interrogantes sobre la rentabilidad futura y el ritmo de inversión.

Las proyecciones internacionales no traen alivio inmediato. La Agencia

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