Los poemas de Mientras sea capaz de la música surgen de una sensación física prácticamente irrefrenable: un enamoramiento, una melodía que atraviesa el corazón, una angustia que oprime el pecho, un ánimo ensombrecido y su consecuente llanto, un nudo en la garganta, el pánico y su acelerada palpitación. Mi cuerpo es el que me indica que debo escribir y no puedo negarme a eso.
Días después de volcar esta experiencia en el papel, comienzo el trabajo de corrección. Soy meticulosa con mi trabajo con la palabra. Mientras sea capaz de la música es un extenso libro de casi doscientas páginas que trabajé durante aproximadamente cuatro años. Corrijo, quito, agrego, modifico, releo tantas veces como sea necesario para lograr la musicalidad deseada. El poema intenta expresar lo indecible ,