Por Juan Pablo Catalán - académico Facultad de Educación y Ciencias Sociales UNAB
El Premio Nacional de Ciencias de la Educación otorgado a Juan Casassus no es solo un reconocimiento a una vida académica ejemplar; es, en realidad, un espejo incómodo que desnuda las deudas históricas de Chile con su sistema educativo. Porque mientras celebramos al pionero de la educación emocional, seguimos construyendo escuelas donde la emoción es la gran ausente.
Casassus nos advirtió, mucho antes que la UNESCO o la OCDE, que sin vínculos, sin ternura y sin confianza no hay aprendizaje verdadero . Pero el país prefirió mirar hacia otro lado. Prefirió los rankings, las pruebas estandarizadas, las planillas de resultados. Se aplaudió el SIMCE, se midió a los profesores como si fueran piezas de una