Juan Carlos I se encontraba muy solo en Abu Dabi. Él mismo seleccionó el destino cuando Felipe VI le obligó a exiliarse para alejarse del foco mediático. Sin embargo, han pasado cinco años, cada vez es más mayor y tiene mucho miedo a morir solo, sin su familia ni amigos. Los médicos le han recomendado que no haga desplazamientos en avión tan largos, debido a sus problemas de movilidad y corazón. El exmonarca ha sido intervenido en más de una decena de ocasiones de la cadera y las rodillas, sin mucho éxito. Se ha sometido a tratamientos basados en la medicina regenerativa, como las células madre y plaquetas en sangre, pero los resultados no han sido los esperados. Consigue disminuir la dolencia temporalmente. Normalmente utiliza un bastón y se apoya en su personal de seguridad, aunque
El cabo Cabello y el teniente coronel Mochi, asistentes de Juan Carlos I, alertan a la familia

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