Las casonas antiguas de Lima, que alguna vez recibieron a figuras clave de la historia y la cultura del Perú, hoy viven una transformación profunda. Muchas de ellas han perdido su función original y su valor patrimonial, desplazadas por la actividad comercial que absorbe sus amplios espacios y convierte la memoria arquitectónica en un elemento secundario. Las fachadas muestran el paso del tiempo y parecen demandar atención, mientras visitantes extranjeros priorizan otros monumentos, dejando en el olvido estos antiguos epicentros de la vida política, literaria y social de la capital.

De casona a bodega

El caso de la Casa de Nicolás de Piérola resulta especialmente ilustrativo. Nicolás de Piérola, quien presidió el país en dos periodos (1879-1881 y 1895-1899), adquirió en 1869 una pro

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