WASHINGTON – El presidente estadounidense, Donald Trump, planteó la posibilidad de invocar la Ley de Insurrección en distintas zonas del país norteamericano, instrumento que otorga al mandatario la potestad de desplegar tropas del Ejército para contener disturbios o crisis internas.

El republicano, quien ya ordenó el envío de soldados de la Guardia Nacional a ciudades como Chicago y Portland, aseguró que «si tuviera que aplicarla, lo haría». Pese a que el eventual uso de esta ley, que combina disposiciones aprobadas entre 1792 y 1871, pone en tensión el delicado equilibrio entre la autoridad federal y los derechos de los estados.

Expertos y autoridades locales alertan sobre el riesgo de una escalada de violencia y un precedente peligroso en caso de una intervención militar sin el consent

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