El 11 de diciembre de 2024, los consternados empleados de un hotel de la isla de Bali (Indonesia) encontraron muerta en su habitación a Karolina Krzyzak. La mujer, de 27 años y natural de Polonia, había estado rechazando ofertas de llamar a un médico, a pesar de que se encontraba «visiblemente débil», mientras solo comía una fruta al día, informa la revista The Cut.

Tres noches atrás, Karolina había llegado al complejo turístico, situado en la localidad de Ubud, con una reserva en la que indicaba que solo necesitaba vistas a la piscina y una dieta de una fruta al día. El dueño, Bernard Hudepohl, no se extrañó por esa petición, hasta que la vio en persona.

Su aspecto demacrado, con los ojos hundidos y las clavículas sobresalientes, no pasó desapercibido para el recepcionista, que tuvo q

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