Bajo un cielo gris, clásico del otoño gijonés, dirigió Borja Jiménez su primera sesión de trabajo en Mareo. El orbayu dio la bienvenida al míster del Sporting de Gijón cuando saltaba al Campo Número 1, vestido ya de faena, dispuesto a pisar por primera vez el césped de la Escuela de Fútbol como técnico del Sporting. Eran las 17.25 horas cuando Pablo García, el primero en salir, pisaba el terreno de juego. Tras el protocolario pasillo a Pablo Vázquez –el martes había sido su cumpleaños– y a Kembo –por su debut en Castalia–, los jugadores se pusieron manos a la obra.
«Juntaros para defender», «uno aparece cerca». Tras dos primeros ejercicios de activación, uno más físico y un rondo, una posesión a espacio reducido involucrando prácticamente a toda la plantilla se comió la mayor parte de