El pasado 12 de junio, Javier Ramírez atravesó por uno de los incidentes más difíciles de su vida: varios agentes de ICE llegaron a su negocio , un taller mecánico de Los Ángeles, y sin mediar palabra alguna lo sometieron a un arresto .

Por más que trató de aclararles que había nacido en los Estados Unidos, él recuerda que los uniformados estaban convencidos de que era un inmigrante indocumentado, especialmente por su aspecto latino.

“¡Agárralo, agárralo, que es mexicano!” , le dijeron los agentes de ICE en inglés, palabras que todavía rondan en su cabeza, como un trauma psicológico que le ha tocado enfrentar.

Tres meses después de aquel incidente, Javier Ramírez conversó con la cadena Telemundo y ahora cumple dos hábitos fundamentales: cerrar su negocio con candados, para e

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